Sunday, November 16, 2008

Puntos de oscuridad

Se prodigaba una noche de esas que solo conocen aquellos que han estado en las sierras de mi Córdoba: un infinito de estrellas, separadas apenas por puntos de oscuridad, porque en verdad, así son las noches de Tanti.
No conozco las de Granada en "La Alhambra", ni las de Bagdad, inmortalizadas por los relatos de Sherezada; pero tampoco conozco la envidia para con esos lugares.
El sur, la patagonia, reserva también esas visiones de ensueño pero... Son mudas. Quizás estén habitadas por hadas y duendes de los bosques (yo los he percibido) no obstante, impera el silencio. Allá en mis montañas a orillas del arroyo, montan sus escenarios nocturnos ranas y sapos que conciertan su música, tal vez para deleite de espectadores que nosotros ignoramos y sólo ellos ven, acompasado todo por el isócromo grillo que un poco avergonzado de su única nota, la emite oculto en las sombras.
¡Oh, Tanti! ¿Dónde guardas esa música? ¿Dónde aquellos (mis) años? ¿O acaso vos también los haz perdido?
El asfalto, las muchas gentes, los ruidos, el griterío de los niños, la sirena de los moribundos...
¡Eres una ciudad! y en las ciudades no hay arroyos donde canten las ranas y los sapos, las luces apagan a las estrellas. Será por eso que hay tanta soledad y miedo.

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